Existen muchas creencias populares respecto a la depresión infantil así como de otros trastornos en niñas, niños y adolescentes. Estas creencias pueden ser del tipo: “el niño quiere llamar la atención” “es flojo, ponlo a hacer algo para que ocupe su mente” “se siente así porque no tiene nada en qué ocuparse”
Sin embargo, de acuerdo con datos de la OMS alrededor del 3% de población infantil vive con depresión y es una de las primeras causas de muerte en la población de 15 a 29 años.
La depresión infantil impacta en el desarrollo del niño en diferentes esferas, personal, social, académico, es en este último en el que tenemos mayor oportunidad de identificar los indicadores de esta condición.
Aquí les comparto un poco de información sobre ello.
El inicio puede ser súbito o gradual y puede resultar complicado diagnosticarla, ya que puede estar presente al mismo tiempo que otros trastornos, como la ansiedad o el TDAH.
Generalmente se considera un trastorno depresivo si se observan cuatro o más síntomas por un largo período de tiempo. Las causas son diversas:
Biológicas: factores hereditarios, bioquímicos, hormonales y neuronales.
Psicológicas:
Conductuales: refuerzos positivos inadecuados o insuficientes, escasas habilidades sociales y la existencia de acontecimientos vitales negativos.
Cognitivos: visión negativa de uno mismo, del mundo y del futuro, fracasos repetidos, indefensión aprendida de los padres, atribuciones negativas que se les hace, etc.
Entorno: la presión, el estrés y la tensión a la que se ven sometidos por parte del ambiente.
Ahora bien, los síntomas de la depresión en los niños varían según la personalidad y la etapa de desarrollo en la que se encuentra.
Tristeza, irritabilidad, agresividad y rabietas más frecuentes.
Pérdida de interés por sus juegos preferidos.
Mayor aislamiento.
Empeoramiento del rendimiento académico.
Quejas somáticas más frecuentes (dolor de cabeza, de estómago…).
Alteraciones del sueño y apetito.
Comentarios negativos del mismo o del entorno.
Ideas de muerte o de suicidio.
Tenemos que hablar de este tema, informar a las y los docentes así como a madres y padres de familia para identificarlo y brindar atención oportuna.